lunes, 8 de noviembre de 2010

My dear Dreamcatcher;

hoy he vuelto a pensar en ti como lo hacía antes. Sí, dejando que en mi Ipod sonara Queen, tumbándome en la cama y acunando mis recuerdos. Ojalá las cosas hubieran sido más simples, ojalá no me hubiera obsesionado, en mi obsesión por ti, en mostrarme despreciable a tus ojos. Ojalá no hubiera sentido ese miedo intenso a amar, a disfrutar de lo que me ofrecías. Tal vez fuera eso lo que nos mató, lo que apagó la llama de tus sentimientos, lo que me empujó de la nube y me obligó a vivir en esta realidad sin ti. Tú eres como un sueño de una noche de verano, tú estuviste ahí, besaste mis labios, acariciaste mi piel, bebiste mis sonrisas y te enredaste en mis palabras. Tú me diste todo lo que yo podría pedir. Todo... Y después te esfumaste. ¿A dónde has ido? Yo sé que el hombre que me amaba se ha alejado de ti, yo sé que ese que vive encerrado en tu piel no es el mismo a quien se lo entregué todo. Yo sé que tú fuiste mis secretos, mis silencios, mis sonrisas. Y sé que estás vivo, aunque no lo estés en ti. Y, pienso yo, en algún lugar tiene que haber alguien que, sin saber siquiera quien soy,  me esté echando absurdamente de menos. Como te echo yo de menos a ti. Y ese alguien, sea quien sea, ése es tu esencia.
Te amo, T.
Att: Your pretty angel (L)

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