lunes, 20 de diciembre de 2010

.Aunque él nunca lo sabrá;

Que me atontaba mirándote a los ojos. Que hueles tan bien que solía esconder mi naricilla en tu cuello para memorizar tu aroma. Que todas las conversaciones que tuvimos en las que hablábamos de amor cuando estábamos juntos me hicieron llorar de alegría. Que formábamos un equipo, un gran equipo. Que me conectaba a las tres de la mañana, cuando no daba dormido, con la esperanza de encontrarte a ti. Que daba rodeos de camino a los sitios y pasaba por los lugares que frecuentabas para ver si estabas por allí. Que no encontrarte dejaba mi corazón destrozado. Que se me aceleraba el corazón cuando veía a lo lejos a alguien que se parecía a ti. Que me descargué todas las canciones que me dedicaste y me pasaba los ratos libres tirada en la cama escuchándolas, a todo volumen, y pensando en ti. Que siempre quise que compartiéramos un helado. Que, aquel día, en tu casa, te deseaba más que nunca. Que fantaseaba con todas las cosas que haríamos juntos. Que cuando hablabas me sentía fuerte, como si pudiera comerme el mundo. Que tu sonrisa me daba una confianza que no sabía que tenía. Que me enseñaste un significado nuevo de la palabra "amor". Que no te olvidaré, no te olvidaré nunca, no quiero olvidarte porque tú lo fuiste todo. Que sólo oír tu nombre hacía que se me pusieran los pelos de punta. Que no quiero ser ñoña, por una vez, sólo digo lo que pienso. Que siempre quise cantar mientras tú tocabas la guitarra. Que te digo que estoy escuchando Queen cada vez que rompo a llorar al recordarte. Que me hubiera gustado apoyarme en tu pecho, abrazados, y leer juntos a Shakespeare, a Bécquer o a Neruda. Que estudio mejor si pienso que estoy contigo. Que siempre pensé que que no estemos juntos es culpa mía. Que cuando nos besamos por primera vez, lo primero que fui capaz de pensar fue "¿qué le regalaré por su cumpleaños?". Que siempre que pasaba por la tienda de música y veía los vinilos en el escaparate pensaba que ese habría sido el regalo perfecto. Que no me diste la oportunidad de hacerte feliz. Que ojalá lo hubieras intentado. Que hay cosas que me dices que me hacen pensar que, aunque no quieras darte cuenta, tú sientes lo mismo. Que le puse nuestra fecha a mi despertador para despertarme con una sonrisa en la cara y, cuando me dejaste, desapareció la sonrisa. Que me enfrenté a mi pasado por ti. Que tú fuiste por quién renuncié a quien tanto había amado...
Ésta es sólo una parte de aquello que nunca te he dicho.
Att: La otra pieza del puzzle (L)

No hay comentarios:

Publicar un comentario