martes, 11 de enero de 2011

.Cerrar los ojos

Supe que me había equivocado contigo casi en el mismo momento en el que desapareciste de mi vida.
El problema es que siempre me pasa igual, que me niego a creerlo, ¡qué obsitinada soy! No sé, para mí es muy simple, ¿qué sentido tendría todo lo vivido si no fueras transparente? Y confío. Sí, confío, ciegamente y, de una forma u otra, siempre termino por llevarme un palo. El puñetero día en el que decidí luchar por ti aunque tú no lucharas me fastidié los recursos. ¿El porqué? Fácil. Resulta que no tienes ni idea de lo que quieres, que te limitas a pasear por la vida como si nada, dejándote llevar y cargándote corazones a tu paso. Y no, claro que no, no mereces este dolor que me está matando...
Lo siento, ahora yo también me he cansado, no se puede vivir así.

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