martes, 1 de febrero de 2011

Te quise tanto

Quizás fuera porque tenía una manera particular de decir las cosas, porque te miraba a los ojos y tú no eras capaz de apartar la vista. Tal vez fuera por su manera de fruncir el ceño cuando algo le molestaba, era casi imposible pero acababas deseando ayudarle. Tal vez tenga algo que ver con esa voz baja que utilizaba cuando estabas triste y te hacía sentir que estabas tocando el cielo. Puede que sus caricias fueran el punto de encuentro de cada sensación que un cuerpo puede experimentar. Puede que con su risa borrara toda tu soledad. Puede que te hiciera creer en el amor metiéndose en ti, bebiéndote a sorbitos. Puede que, llanamente, nunca hayas tenido elección. Puede que estuvieras destinada a quererlo. Pero lo querías, cada neutrón de tu alma estaba irremediablemente colgado de él. Puede que, por una vez en la vida, dejaras que tu vida flotara a manos del destino. Lo siento, no tendrías que haberte estrellado, no es justo.

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