domingo, 5 de junio de 2011

No sé restar tu mitad a mi corazón.

Era un día cualquiera en mi vida, un día de esos negros y amarillos, como las abejas. Era un día poco común por lo común que era. Era un día para gritarle al cielo cada verdad que esconde el corazón. Quise creer que sería un día más, un día sin carné de identidad ni permiso de residencia. Un día. Pero fue El día. El día para decir de nuevo esa palabra que quedó atrapada en nuestras cuerdas vocales, enredada en los laberínticos misterios del orgullo. El día del te quiero. Fue también el momento ideal para buscar la respuesta a todo aquello que nos aterra cada día, a ese miedo que sé que ambos tenemos a perdernos para siempre. Estoy atada a ti, pero no me ata una relación improbable y egoísta. Lo que me ata a ti es el amor, el amor que no quiere que te vayas de mi vida, no hay obligación, no hay sumisión. Hay amor, y es de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario