sábado, 25 de diciembre de 2010

.Carta para él;

No nos engañemos, todo se ha ido a hacer puñetas. Los pasos de peatones que cruzaba de pequeña sin pisar las rayitas me recuerdan a los besos que nos dimos tú y yo. Esquivos, besos amargos en su dulzura, besos infelices que me han arruínado la vida y me han quemado el amor. Y yo te desprecio, no sabes cuanto. Trato de levantarme todas las mañanas pensando en ello, en cuánto te desprecio pero soy débil y no puedo fingir. Cuantas más vueltas le doy menos te olvido y, cuanto menos te olvido, más te quiero. Se me deshace el abrigo, se le caen los botones y se entrevén algunos desgarrones en las mangas raídas. Y, ¿qué quieres que haga yo? Si el corazón no entiende de razones y pudre mis abriguitos para dejar que tu piel roce mi piel. Si mi alma está enfundada en cuero y, gata en la noche, muestra sus ojos caramelo al sonido de tu voz y, ojalá ésta no fuera ya inmune, después de tanto tiempo. Ojalá. El vacío de ese vaso del que una vez bebí pensando en ti poco quiere significar y, sin embargo, para mí, lo significa todo. Dolor, dolor, dolor. Es la única palabra que sé describir a la perfección, es eso que ocurrió cuando te escurriste entre los marchitos dedos de mi despedazado corazón; y éste no pudo gritar porque se estaba muriendo. Nadie vino a salvarlo. Y nos pedimos disculpas entre risas y rencores, y nos amamos de lejos y ese amor no es palpable, es un fantasma, y no somos nadie, ni tú, ni yo, porque una vez lo fuimos todo, y lloro desconsolada tendida en cualquier lugar pero nada es capaz de ampararme y las heridas en mi pecho ya no se curan con sonrisas, con abrazos y amistad. Tu recuerdo es un infante que ha enmudecido por el tiempo, que no me dice nada mientras me insinúa todo. Tu vida, yo no sé lo que es tu vida. Sé lo que soy yo, bueno, tampoco lo sé. Ni que será de mí. Ni a dónde iré ahora. Casi no sé ni como me llamo. Sólo te sé a ti porque mi mundo eres tú, aunque eso no cambie nada.

viernes, 24 de diciembre de 2010

.I've said too much but not enogh;

Hoy me he dado cuenta que por primera, y única, vez en todo el año es navidad. Sí, el espíritu de la navidad flota en el aire. Si te acercas mucho a la gente que camina por la calle puedes escuchar como tararean bajito, pero felices, desentonados villancicos. Si cruzas tu mirada con las personas que van por la calle verás que, sin razón aparente, estas te sonríen. Si vas atento podrás escuchar infinidad de conversaciones en las que el tema es el mismo: "feliz navidad". Si vas a casa de tus abuelos, tus tíos o gente habitual en tu vida te darás cuenta de que los mismos que ayer ni te miraban al entrar te saludan como si llevaran meses sin verte, dos besos por aquí, un abrazo por hayá... hasta parece que tus padres están deseando abrazarte y ponerse a bailar contigo villancicos que sólo se entonan en sus cabezas. Y, digo yo, a parte de la alegría generalizada y un optimismo que asombra, a parte de la manía de los familiares de redoblar sus propinas y del empacho de comida cara, dulces y turrón; ¿para qué sirve la navidad? Hace tiempo escuché que en navidad se paraliza el mundo y que, por unas cuantas horas, la gente dice la verdad pero, ¿cuál es la verdad? Ojalá pudiera oír un te quiero de tus labios, cara a cara, y besarlos después y para mí éso sería suficiente, después de todo, ¿para qué quiero verdades si te vuelvo a tener, aunque sean sólo unos segundos? Sé que tú nunca leerás esto, desengañémonos, no tengo valor para enseñártelo pero reitero, como he hecho mil y una veces, que te quiero, te quiero y te quiero; que mi vida lleva escrito tu nombre y que, en este día tan especial, ¡feliz navidad!

lunes, 20 de diciembre de 2010

.Welcome to the hell;

¿cómo puede ocurrir algo así? Voy perdiendo toda mi integridad, por ti. No sé ni quiero saber hasta que punto llegaré en mi vida sin ti. Ojalá pudiera refrenar la imperiosa necesidad de darte alcance, pues te necesito, tu presencia me hará libre. Libre de lo que siento. Ojalá no te empeñaras en hacerme fracasar, en matarme y en hacerme llorar. Ojalá no fueras la cura de mi dolor. Justo tú, de entre muchos, eres el elegido de mi corazón. Que injusticia, que injusticia que me haya enamorado justo de quien no puedo tener, que injusticia que siga gritando tu nombre. Que injusticia que tenga que levantarme cada mañana mintiéndome a mí misma, digo que te odio, que no eres nadie para mí y sigo mintiendo a lo largo del día. Digo que no tengo hambre para no desayunar y, en realidad, comer es lo único que me apetece; digo que no quiero caminar porque cuanta más larga es la distancia más pienso en ti; digo que he hecho los deberes porque, si no, sabrían que he estado pensando en ti; digo que estoy feliz para no desilusionarles, para que piensen que me he olvidado de ti y no me impidan recordarte; digo que estaré muy ocupada porque no quiero que nadie me moleste mientras dejo que mis lágrimas resbalen por mis mejillas por ti... Todos mis días son iguales, tú me desorientas, ¿por qué has vuelto a hacerme dudar ahora que lo tenía claro? PEREZA, ira, lujuria, envidia, gula, soberbia y avaricia. Y tú, que eres mi pecado, mi gran pecado, y que acabarás conmigo en nuestro infierno, quemándonos...

.Aunque él nunca lo sabrá;

Que me atontaba mirándote a los ojos. Que hueles tan bien que solía esconder mi naricilla en tu cuello para memorizar tu aroma. Que todas las conversaciones que tuvimos en las que hablábamos de amor cuando estábamos juntos me hicieron llorar de alegría. Que formábamos un equipo, un gran equipo. Que me conectaba a las tres de la mañana, cuando no daba dormido, con la esperanza de encontrarte a ti. Que daba rodeos de camino a los sitios y pasaba por los lugares que frecuentabas para ver si estabas por allí. Que no encontrarte dejaba mi corazón destrozado. Que se me aceleraba el corazón cuando veía a lo lejos a alguien que se parecía a ti. Que me descargué todas las canciones que me dedicaste y me pasaba los ratos libres tirada en la cama escuchándolas, a todo volumen, y pensando en ti. Que siempre quise que compartiéramos un helado. Que, aquel día, en tu casa, te deseaba más que nunca. Que fantaseaba con todas las cosas que haríamos juntos. Que cuando hablabas me sentía fuerte, como si pudiera comerme el mundo. Que tu sonrisa me daba una confianza que no sabía que tenía. Que me enseñaste un significado nuevo de la palabra "amor". Que no te olvidaré, no te olvidaré nunca, no quiero olvidarte porque tú lo fuiste todo. Que sólo oír tu nombre hacía que se me pusieran los pelos de punta. Que no quiero ser ñoña, por una vez, sólo digo lo que pienso. Que siempre quise cantar mientras tú tocabas la guitarra. Que te digo que estoy escuchando Queen cada vez que rompo a llorar al recordarte. Que me hubiera gustado apoyarme en tu pecho, abrazados, y leer juntos a Shakespeare, a Bécquer o a Neruda. Que estudio mejor si pienso que estoy contigo. Que siempre pensé que que no estemos juntos es culpa mía. Que cuando nos besamos por primera vez, lo primero que fui capaz de pensar fue "¿qué le regalaré por su cumpleaños?". Que siempre que pasaba por la tienda de música y veía los vinilos en el escaparate pensaba que ese habría sido el regalo perfecto. Que no me diste la oportunidad de hacerte feliz. Que ojalá lo hubieras intentado. Que hay cosas que me dices que me hacen pensar que, aunque no quieras darte cuenta, tú sientes lo mismo. Que le puse nuestra fecha a mi despertador para despertarme con una sonrisa en la cara y, cuando me dejaste, desapareció la sonrisa. Que me enfrenté a mi pasado por ti. Que tú fuiste por quién renuncié a quien tanto había amado...
Ésta es sólo una parte de aquello que nunca te he dicho.
Att: La otra pieza del puzzle (L)

martes, 7 de diciembre de 2010

.My true love;

Otro siete más, ¿es qué piensas atormentarme todos los sietes del resto de mi vida? No, ya sé que no eres tú quien me atormenta. Es tu recuerdo el que me come viva, le arranca la piel a mi corazón. Ya no me quedan esperanzas, se han ido todas contigo. Están ahí, escondidas, en el mismo sitio que las palabras que debería haberte dedicado y las sonrisas que no te concedí. Creo que tú a mí no me echas de menos en absoluto, que estúpida soy por seguir esperando que algo suceda y cambie el rumbo de lo que somos, nos traslade a ese momento en el que éramos dos labios que se hacían el boca a boca, un chico y una chica que se amaban de verdad.

lunes, 6 de diciembre de 2010

You're still you;

Y no sabes cómo duele esta sensación de que siempre te amaré; no sabes lo que es pensar que, a pesar del poco tiempo que estuvimos juntos lo que sentí aquella vez por ti me perseguirá toda la vida. Tú eres mi rutina y mis ojos te extrañan a veces, pero nunca se lo cuentan a los demás. Nadie lo ve, nadie se da cuenta de que paso la mayor parte el tiempo echándote de menos, nadie me ayuda a superar esto que siento. Es tan duro saber que no puedo olvidarte... Todavía sigo escribiéndote un mensaje cada noche, aunque nunca te lo envío. Todavía... Porque, he tenido que darme cuenmta, de qe hay promesas que sólo se terminan cuando se termina el amor...