viernes, 22 de julio de 2011

Midnight dream.

En las noches me convierto en quien verdaderamente soy, las cosas cambian por la noche, porque nadie puede contener mis sentimientos. No me gustan las noches porque me siento estúpida y vulnerable, porque no dejo de pensar en él, no me gustan las noches porque saben a tequila del malo y hacen que se me salgan las lágrimas. No me gustan las noches porque por las noches puedo pensar y éso es horrible, porque en las noches las películas se parecen a tu vida durante todo el nudo y se diferencian en el desenlace. No me gustan las noches porque todo es más difícil y mi salvavidas no está a mi lado. Por las noches me muero de miedo, tengo un miedo horrible a que él deje de pensar en mí, pero éso sólo pasa por las noches. En las noches quiero llorar y casi siempre lo logro porque, a estas horas, todo se ve demasiado negro como para ser soportable. Odio las noches con todas mis fuerzas porque no hay casi nada bueno en ellas. La gente se deja y discute por las noches, los besos verdaderos se dan cuando hay luz, no por las noches. Las noches son las protagonistas de las pelis de terror, dan escalofríos, las noches nos dejan desprotegidos, nos odian. Las noches me hacen pensar en él, porque él es mi noche y, cómo no puedo odiarle, tampoco odio las noches.

lunes, 18 de julio de 2011

Tú me enseñaste a vivir.

Es como aquella vez que me desperté en un despiadado y mal encarado abril, con una fiebre que podría matar a un roble y con muchas ganas de llorar. Tenía un miedo que congelaba, un miedo tan profundo que hizo llagas en mi interior. Quería marcharme de allí y no comprendía por qué era mi vida tan injusta, no lo comprendía porque hacía ya algunos días que mejoraba y estaba volviendo a caer, estaba empezando a hundirme en los restos de aquella enfermedad que me consumía. No tenía a nadie excepto a ti, tú que me miraste como si se te cayera el mundo encima. Veía tus lágrimas en cada sonrisa, veía como te esforzabas por ser fuerte para no asustarme y yo también quise ser fuerte para que no te sintieras solo. La fiebre iba en aumento y yo no podría marcharme, por eso lloraba, y tú estabas ahí, junto a mí, sosteniendo mi mano en la tormenta porque sabías que estaba aterrada. Te dije que ya no tenía fuerzas, que estaba cansada de estar en aquel maldito lugar, encerrada, aislada del mundo. Yo quería ver el sol y hacer deberes, quería elegir qué ropa ponerme cada mañana y, claro que quería ser fuerte, lo deseaba más que nada, pero ya estaba muy cansada, agotada a causa del dolor y no podía seguir siéndolo. Estabas ahí, estuviste ahí todo el tiempo, incluso cuando me superé y pude soportarlo sola. Por eso te quiero, porque tú nunca soltarás mi mano, papá.

jueves, 14 de julio de 2011

No es nada fuera de lo común, a veces la vida nos pide un descanso, aunque hay que reconocer que éso a las cinco de la mañana no nos viene muy bien. Nos protegemos por miedo al que dirán sin preocuparnos por lo que ya ha sido dicho y nos guardamos en el mismo caparazón oxidado que envolvió nuestras penas en tiempos mejores. Porque sí, señores, cuanto mayor eres tú mayores se hacen tus problemas. Éso debería hacer reflexionar a la gente, debería, consigue hacer que yo tenga miedo. Temo por lo que soy y por lo que he sido pero, sobretodo, temo por lo que seré.

lunes, 4 de julio de 2011

Childhood

Quiero volver a ser una niña pequeña, quiero poder serlo por un instante para llorar acurrucadita en el colo de mamá, para que ella me aparte el pelo de los ojos y me acaricie las mejillas, para que una vez más me jure que nada malo podrá ocurrir y para que vuelva a prepararme chocolate "que cura todas las penas". Quiero volver a ser una niña para no tener que llevar este dolor sola, porque me está matando.