lunes, 13 de junio de 2011

Al amor de mi vida:

Duele mucho, ¿sabías? Duele mucho no poder decir que no, que no y que no. Horripila no saber hacia dónde irá, qué le está esperando. Muchas veces había oído que no se trata de nada más que de avanzar, pero no puede y camina dando traspiés y regresando sobre sus pasos para cubrir sus huellas, para que nadie pueda decir que la ha visto pasar. Dama del tiempo, liviana y bonita, alma en pena que se confunde con el viento y con los huesos. Nadie sabe de dónde viene y, todavía menos, a dónde va. Ella es dueña de si misma aunque no pueda decidir sin comenzar a lagrimear. Dicen que echa de menos, que vive en el recuerdo de algo que está muerto, de alguien que jamás volverá. Para mí es como una metáfora, pero hay una diferencia, quiero que sepas que YA NO TE AMO pero, aún no he aprendido a mentirle al corazón. Puede que, a veces, llore; pero también tengo sonrisas que tapen mis penas. Sé conducir el coche de la música que me aleja de lo malo que pueda venir. Ojalá te hubiera olvidado y, es cierto, no lo he hecho; pero lo haré y te arrepentirás de haberme dejado marchar.

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